La temperatura óptima para una cámara de refrigeración varía dependiendo del producto que se almacene y la finalidad de este. Esta temperatura puede ir entre los 15ºC y -5ºC. Para el caso de cámaras de congelación la temperatura puede reducirse hasta los -20ºC. Por tanto, para que esta temperatura esté controlada y cumpla con sus función principal que es el mantenimiento correcto de los alimentos, será necesario disponer de un controlador de temperatura.
Dispositivos que ayudan a controlar los sistemas de refrigeración
Los controladores de temperatura de las cámaras frigoríficas pueden dividirse en:
- Sonda
- Termostato
- Caja de conexión Ethernet, Wi-Fi o inalámbrica
- Alarma
Siendo estos dos primeros los principales encargados de la toma de datos para el correcto mantenimiento a la temperatura en el interior del recinto.
¿Cómo funcionan estos componentes?
El termostato: enciende y apaga el compresor del equipo frigorífico por exceso de frío; es decir, cuando el aire dentro del recinto está a la temperatura deseada, el termostato lo detecta a través de la sonda y apaga el compresor para que deje de generar más frío. Y por consiguiente, cuando el termostato detecta demasiado calor, automáticamente enciende el compresor.
La sonda: es la encargada de registrar y trasmitir la temperatura del interior del recinto al termostato, y es también conocida como sensor de temperatura.
Sistemas inalámbricos o alarmas: recogen la información del termostato puede ir, además de regular ciertos parámetros para adaptar el funcionamiento a los requerimientos del cliente. De igual forma estos dispositivos también permiten la gestión de múltiples maquinarias desde un solo lugar. Estos componentes suelen ser opcionales y no siempre están incluidos en nuestros sistemas de refrigeración.