Elegir el tamaño adecuado para una cámara frigorífica es una decisión estratégica que impacta en la eficiencia, el coste operativo y la conservación de los productos. Un dimensionamiento incorrecto puede generar pérdidas económicas, problemas de almacenamiento y un consumo energético elevado. A continuación, te explicamos los factores clave para acertar en la elección.
Calcula el volumen de producto y añade margen operativo
El primer paso es determinar la cantidad de producto que necesitas almacenar en condiciones óptimas. Para ello:
- Calcula el volumen total de los productos considerando su densidad y formato de embalaje.
- Añade un margen operativo del 20-30% para permitir la circulación del aire y la rotación de mercancía.
- Ten en cuenta si los productos se almacenarán en palets, cajas o granel, ya que esto afecta al espacio útil.
Define temperaturas de trabajo y tipo de cámara
El tipo de cámara depende del rango de temperatura que necesitas:
- Cámaras de refrigeración (0 °C a 8 °C): Para frutas, verduras, lácteos y productos frescos.
- Cámaras de congelación (-18 °C o menos): Para carnes, pescados y alimentos congelados.
- Cámaras mixtas: Combinan zonas con diferentes temperaturas, ideales para negocios con variedad de productos.
Ajusta el tamaño a la rotación, estacionalidad y crecimiento
- Si tu negocio tiene picos estacionales, considera un tamaño que cubra la demanda máxima.
- Evalúa la rotación de stock: alta rotación permite cámaras más pequeñas, mientras que baja rotación requiere más espacio.
- Proyecta el crecimiento futuro para evitar quedarte corto en pocos años.
Verifica el espacio real de instalación y accesos
Antes de decidir el tamaño:
- Mide el espacio disponible en la nave o local.
- Comprueba la altura útil y si hay limitaciones estructurales.
- Asegura accesos adecuados para la carga y descarga, incluyendo puertas y pasillos.
Optimiza formato de carga, estanterías y circulación de aire
- Define si usarás estanterías fijas, móviles o almacenamiento en bloque.
- Mantén pasillos suficientes para la manipulación segura.
- Garantiza la circulación uniforme del aire frío, evitando zonas muertas que afecten la temperatura.
Dimensiona potencia frigorífica y aislamiento según volumen
- A mayor volumen, mayor será la potencia frigorífica necesaria.
- Elige un aislamiento adecuado (paneles de poliuretano, espesor según temperatura) para reducir pérdidas energéticas.
- Considera la ubicación (interior o exterior) y la exposición a calor.
Valora eficiencia energética y costes de operación
- Opta por equipos con alta eficiencia energética para reducir el consumo eléctrico.
- Evalúa el coste total de propiedad: inversión inicial + mantenimiento + energía.
- Sistemas con control inteligente ayudan a optimizar el rendimiento.
Comprueba requisitos normativos, higiene y seguridad
- Cumple con la normativa sanitaria y de seguridad alimentaria (HACCP).
- Asegura superficies fáciles de limpiar y materiales aptos para uso alimentario.
- Instala sistemas de iluminación segura, alarmas y control de temperatura.
Elegir el tamaño ideal de una cámara frigorífica no es solo cuestión de espacio, sino de eficiencia, seguridad y proyección futura. Un buen análisis previo evitará costes innecesarios y garantizará la calidad de tus productos.
